

UN DEBATE EN EL QUE PERDIMOS TODOS
por Bernardo Medina
Se había oído en la radio en estos últimos días, que Pascual Collado, candidato a la alcaldía por el PSOE, y José Antonio Castilla, candidato a la alcaldía por el PA iban a protagonizar un programa de debate cara a cara, y que iba a ser radiado por la Cadena SER, dentro de una ronda de debates por los municipios de la comarca. La primera vez en la democracia, que en nuestro municipio se va a celebrar un debate entre candidatos a la alcaldía. Debía ser interesante.Ayer a las siete de la tarde, lleno completo del salón de plenos del Ayuntamiento de Jimena, copado por simpatizantes del PSOE. La Cadena SER abrió el esperado debate con un formato, probablemente desafortunado para este programa. Se puede pitar y aplaudir, fue lo primero que dijo el presentador-moderador. Pensé que iba a pedir silencio al público.Lo que luego vendría no lo dijo el “moderador”, fue espontáneo. Del corazón. De los nervios y de la poca cabeza. Silbidos, voces, murmullos, aplausos…Nada más comenzar entendí, que para enterarme de las propuestas electorales de estos partidos, no era el sitio idóneo, que el futuro de donde vivo no iba a ser objeto de debate. Y el “moderador” tampoco estaba por facilitarme la labor.Castilla, candidato del Partido Andalucista, llegó sorteando simpatizantes del PSOE, y según dijo, sin saber realmente donde se iba a celebrar el debate. Nada más comenzar, recriminó a la inmensa mayoría del público el primer aplauso a su candidato Pascual Collado. Esto es una encerrona, llegó a decir. Fue interrumpido con pitos, murmullos y voces de algunos del público, cargos políticos incluidos, durante sus intervenciones, pero mantuvo el tipo. El senador José Carracao, presente en el salón de actos, también le interrumpió varias veces, y acabó enzarzado, después del programa y fuera de emisión, en una discusión a gritos, intrascendente. Castilla fue pillado en minoría en la “fiesta de la democracia”. Y los pocos asistentes del PA no pudieron con los del equipo anfitrión.Pascual Collado, lo tuvo más fácil por “jugar en casa”, pero también se lo preparó mejor que el contrario y que incluso el presentador, y no perdió los nervios en ningún momento.Y yo, sinceramente, no me enteré de nada. De nada de lo que me importa. Porque hablaron de todo, rápido, pero no dijeron mucho. Y salí como el que sale de ver una película en el cine, de esas que te hacen pensar. Pensar mal, porque te topas con una exaltación de partido Madrid-Barcelona en le venta de Chinela, innecesaria, en presencia de los niños y adolescentes que había en el salón; y pensar bien, porque cómo no estar de acuerdo hoy, con lo que escribía Einstein: “Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”.Menos mal que las largas tardes de primavera dan para mucho. Luego me fui a recoger unas fotos de obras de arte que crean unos amigos, y a tomarme una cerveza fresca en su terraza encalada de azahar. Y mañana volveré a intentar enterarme de lo que planean hacer estos dos partidos con nuestros pueblos, y olvidar este debate que no pasará a la historia y con el que perdimos todos.
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