DEDICADO A LOS MAESTROS PRAXEDES GOMEZ Y SEBASTIAN ZARZA.
EL PRIMER AUTOMOVIL JIMENATO
El primer automóvil que llegó a Jimena fue en el año 1.918, marca FORD, lo trajo un señor de Ronda que se llamaba Guancho. Lo guardaba en el patio de la fábrica de harina de Marina (padre de D. Juan Marina, antiguo médico de Jimena), este patio actualmente es almacén de Antonio Cuenca. Quiso la fatalidad que se quemara dentro de dicho patio, dando lugar a un incendio que se sofocó rápidamente. Debido a este percance el señor Guancho se marchó del pueblo y nunca más volvió.
El segundo automóvil de la marca NAS, de siete plazas lo trajo un taxista de Algeciras (muy aficionado a la cacería). En este automóvil vine yo también, con tan sólo doce años. El recorrido desde Almoraima hasta Jimena lo hicimos por carriles y campo a través, cruzamos el río Hozgarganta frente al cortijo Quirós, quedándonos atascados en la arena, siendo remolcados por una yunta de bueyes. Desde el cortijo y una vez fuera del atasco todo fue bien, solamente al pasar el puente del arroyo Los Angeles (junto al Convento), las ruedas pasaron rozando los malecones laterales de dicho puente. (Este puente no fue ensanchado hasta el año 1.982). La fecha de este viaje fue la víspera de la Novena quedándonos en Jimena hasta que pasaron las fiestas. Esta fue la primera Novena que yo vi, maravillado ante la cantidad de gente que se desplazaba desde Jimena hasta la Estación, pensé en el negocio tan estupendo que se podía hacer durante estos días transportando a toda esa gente que venían a pie o en coche de caballo. Una vez pasadas las fiestas el regreso hasta Algeciras lo hicimos facturando el automóvil en el tren y nosotros dentro.
Pensando en este negocio, se me presentó la oportunidad a los cuatro años, ya tenía dieciséis, aunque sin carnet de conducir. Junto con un amigo de entonces llamado Luis, éste tenía un tío que era dueño de un automóvil de superlujo, marca U.S.O.N. de siete plazas y además descapotable, decidimos pedírselo prestado teniendo tal suerte que nos lo dejó. Lo facturamos en el tren junto con un bidón de gasolina y partimos entusiasmados llevando el tercer automóvil que llegaba a Jimena. Era fecha de la Novena. Yo conducía y Luis cobraba, el precio era el doble del de los coches de caballo, así estuvimos los días que duraron las fiestas. Una vez concluido el negocio volvimos a facturarlo en el tren, cuando llegamos de nuevo a Algeciras y ajustamos las cuentas nos quedó libre 300 Ptas., una fortuna en aquellos tiempos.
Cuando yo tenía dieciocho años trajimos Luis y yo el cuarto automóvil de la historia de la automoción en Jimena. Era una furgoneta de marca FORD de diez plazas, y nos dedicamos al transporte de Jimena a la Estación viceversa.
Al poco tiempo un señor que se llamaba Lorenzo “Lorenzo el cochero” trajo otra furgoneta de las mismas características que la nuestra.
He aquí la historia de los primeros automóviles que llegaron a Jimena de la Frontera. Como veréis a partir de entonces y hasta nuestros días son muchos los vehículos que circulan por nuestras calles y los que se amontonan en los desguaces.
NOTA DE TIOJIMENO : ESTA HISTORIA FUE RELATADA POR SEBASTIAN ZARZA A PRAXEDES GÓMEZ E ILUSTRADA CON FOTO Y CROQUIS POR R. GOMEZ PARA EL PASEO SEMANAL Nº 173 QUE EDITAMOS EN JUNIO DEL AÑO 2000.
El segundo automóvil de la marca NAS, de siete plazas lo trajo un taxista de Algeciras (muy aficionado a la cacería). En este automóvil vine yo también, con tan sólo doce años. El recorrido desde Almoraima hasta Jimena lo hicimos por carriles y campo a través, cruzamos el río Hozgarganta frente al cortijo Quirós, quedándonos atascados en la arena, siendo remolcados por una yunta de bueyes. Desde el cortijo y una vez fuera del atasco todo fue bien, solamente al pasar el puente del arroyo Los Angeles (junto al Convento), las ruedas pasaron rozando los malecones laterales de dicho puente. (Este puente no fue ensanchado hasta el año 1.982). La fecha de este viaje fue la víspera de la Novena quedándonos en Jimena hasta que pasaron las fiestas. Esta fue la primera Novena que yo vi, maravillado ante la cantidad de gente que se desplazaba desde Jimena hasta la Estación, pensé en el negocio tan estupendo que se podía hacer durante estos días transportando a toda esa gente que venían a pie o en coche de caballo. Una vez pasadas las fiestas el regreso hasta Algeciras lo hicimos facturando el automóvil en el tren y nosotros dentro.
Pensando en este negocio, se me presentó la oportunidad a los cuatro años, ya tenía dieciséis, aunque sin carnet de conducir. Junto con un amigo de entonces llamado Luis, éste tenía un tío que era dueño de un automóvil de superlujo, marca U.S.O.N. de siete plazas y además descapotable, decidimos pedírselo prestado teniendo tal suerte que nos lo dejó. Lo facturamos en el tren junto con un bidón de gasolina y partimos entusiasmados llevando el tercer automóvil que llegaba a Jimena. Era fecha de la Novena. Yo conducía y Luis cobraba, el precio era el doble del de los coches de caballo, así estuvimos los días que duraron las fiestas. Una vez concluido el negocio volvimos a facturarlo en el tren, cuando llegamos de nuevo a Algeciras y ajustamos las cuentas nos quedó libre 300 Ptas., una fortuna en aquellos tiempos.
Cuando yo tenía dieciocho años trajimos Luis y yo el cuarto automóvil de la historia de la automoción en Jimena. Era una furgoneta de marca FORD de diez plazas, y nos dedicamos al transporte de Jimena a la Estación viceversa.
Al poco tiempo un señor que se llamaba Lorenzo “Lorenzo el cochero” trajo otra furgoneta de las mismas características que la nuestra.
He aquí la historia de los primeros automóviles que llegaron a Jimena de la Frontera. Como veréis a partir de entonces y hasta nuestros días son muchos los vehículos que circulan por nuestras calles y los que se amontonan en los desguaces.
NOTA DE TIOJIMENO : ESTA HISTORIA FUE RELATADA POR SEBASTIAN ZARZA A PRAXEDES GÓMEZ E ILUSTRADA CON FOTO Y CROQUIS POR R. GOMEZ PARA EL PASEO SEMANAL Nº 173 QUE EDITAMOS EN JUNIO DEL AÑO 2000.
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