CONTAMINACION: NUEVO ESCAPE EN CEPSA
Un fallo técnico provoca un escape de azufre en Cepsa
La refinería Gibraltar-San Roque del grupo Cepsa provocó ayer por la tarde un episodio de contaminación por azufre debido a un fallo técnico en una de las unidades de azufre de la hidrodesulfuradora HDS-V, según informaron fuentes de la compañía.
Responsables de la refinería explicaron a este diario que la incidencia técnica se produjo en torno a las siete de la tarde por causas que aún se están investigando. La situación provocó la expulsión a la atmósfera de "más humo del habitual" y un fuerte olor a este agente en la zona de Puente Mayorga.
Desde Cepsa se insistió en que el incidente no provocó riesgos para la población circundante, así como que los servicios de Emergencias del 112 fueron informados desde el primer momento para evaluar la situación en tiempo real. En el plano técnico, la unidad desulfuradora bajó su carga de trabajo para restablecer las emisiones a niveles normales, lo que sucedió en torno a media hora después de detectarse la anomalía técnica.
El servicio de Emergencias 112 recibió 32 llamadas alertando de la situación entre las siete y las ocho de la tarde. La Consejería de Medio Ambiente desplazó a un técnico para tomar muestras de aire en la zona hasta en dos ocasiones, con un intervalo de tiempo de media hora entre cada medición. Fuentes de este departamento confirmaron que el análisis del aire no detectó niveles de riesgo para la población, aunque sí un desagradable olor. El 112 informó de que ninguno de los vecinos de Puente Mayorga, donde residen 2.000 personas, requirió de asistencia.
El grupo ecologista Verdemar, por su parte, destacó que la nube de azufre "era visible" y que como consecuencia del episodio, varios vecinos sufrieron irritación ocular y dificultades respiratorias. Desde Verdemar explicaron que la dirección del viento arrastró las emisiones hacia la zona de Puente Mayorga y la vecina localidad de La Línea. Así mismo, varios vecinos de la zona en contacto telefónico con este medio aseguraron sufrir síntomas de irritación leve, pero añadieron no haber acudido a un centro médico.
La portavoz de Verdemar, Raquel Ñeco, advirtió de que el aire resultaba "irrespirable" y se mostró convencida de que el episodio se repetiría por la noche "para reanudar la fuga como de costumbre". Cepsa negó tajantemente este último extremo alegando que los picos de emisión no son situaciones intencionadas y confirmó que la situación estuvo controlada en todo momento y que, de nuevo, no hubo riesgos sanitarios.
Por último, Ñeco se quejó de que ninguno de los cuerpos advertidos por el 112 tiene competencias para acceder a la central y que tampoco hay posibilidad de advertir directamente a los técnicos de medio ambiente.
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