DIA DE LA MADRE EN JIMENA

Para las madres de Jimena.

Cuando era un niño y estaba asustado me refugiaba en los brazos de mi madre, con su calor, con su ternura acallaba mis angustias.
Cuando era niño y estaba enfermo mi madre siempre estaba al lado de la cama y sentía su mano en la frente, y sentía su preocupación porque sanara y sentía su afecto siempre cerca de mí.
Todos hemos dicho alguna vez: "como una madre no hay na" y "madre no hay más que una", incluso si eres adulto, incluso si temes por su salud, incluso si lamentas amargamente su ausencia, porque aun en la soledad, cuando esos golpes que decía el poeta Vallejo nos atormenta el espíritu, necesitamos la inclinación a su recuerdo para no ahogarnos.
Quisiera cantarles los más hermoso piropos a las madres de Jimena, mujer jimenata que admiro y respeto tanto. Quisiera volver a ser un niño y en sus brazos volver a ser completamente feliz. Quisiera, a la salida del colegio, subir esas cuestas arriba de mi alma para encontrarla esperándome.
Con sus miradas puras con entrega, con su amor sincero sin fisuras; ¿no es el sueño de Edipo la amargura de nacer?.
Para ustedes madres de Jimena, que acunasteis cada ladrillo antiguo; que envolvéis de aroma cada soplo de viento; que enterrasteis en vuestros ojos los sueños remotos; que amamantasteis la esencia de nuestro propio ser.
Y para ti madre mía, por que siempre que tengo el alma desolada de dolor, para no resignarme, me refugio en la evocación de tu ternura.

Enviado por Seneca.